Estudios recientes indican que la pervivencia de microorganismos potencialmente mortales puede ser mayor de lo que pensamos. No olvidemos que el 50% de las superficies pueden seguir contaminadas después del proceso de desinfección. Es más, hasta un 20% de las infecciones  se originan en el ambiente.

El equipo que trabaja en la clínica dental es responsable de mantener un ambiente desinfectado, así como de controlar la transmisión de esta enfermedad altamente contagiosa.

Los aerosoles como vectores de contaminación cruzada

Para unificar criterios podemos decir que los «aerosoles» son partículas sólidas o líquidas que están suspendidas en el aire.  Algunas pueden ser visibles, aunque la mayoría de las veces no lo son.

Los aerosoles se pueden dividir en gotas grandes y pequeñas. Las más pequeñas (menores a 5 micras) quedan suspendidas en el aire por más tiempo, viajan más lejos y pueden ser inhaladas por otras personas.

Evidentemente, los componentes de los aerosoles y su concentración variarán en función de los distintos puestos de trabajo. Para tener un espacio limpio y esencialmente libre de contaminantes, hay que eliminar tantos como sea posible.

¿Qué tratamientos en la clínica dental implican mayor generación de aerosoles?

El personal que trabaja en la clínica dental, como profesional de la salud que es, está expuesto a una gran cantidad de microorganismos provenientes de la sangre y a secreciones orales y respiratorias del paciente. No olvidemos que estos pueden llegar a ser agentes de enfermedades infecciosas.

La posibilidad de infectarse y enfermar, lo que denominamos riesgo, es directamente proporcional a la frecuencia de exposición a los agentes infecciosos que, como comentábamos, pueden ser vehiculizados por instrumental, aire, agua, saliva y/o sangre. Por ello, decimos que el riesgo está directamente relacionado con el grado de formación de aerosoles.

Por ejemplo, en los procedimientos odontológicos en los que se utiliza instrumental rotatorio y jeringa triple, se crea un aerosol que contiene principalmente gotas de agua, saliva, sangre, microorganismos y otros desechos. Estos aerosoles se acaban depositando en las superficies. No obstante, las microgotas pueden permanecer durante horas suspendidas en el aire, por lo que pueden suponer un riesgo, ya que pueden ser inhaladas.

¿Cómo podemos minimizar el riesgo de infección por aerosoles en la clínica dental?

En la clínica dental ya tenemos y utilizamos procedimientos que pueden minimizar la carga viral del paciente, como es el uso de un colutorio previo a la intervención.

Tampoco debemos olvidarnos de la importancia de una buena ventilación de los espacios, ya sea abriendo ventanas o utilizando aires acondicionados con filtro EPA. La ventilación, aparte de diluir la carga de microorganismos en el ambiente, incrementará la comodidad y el confort. Sin embargo, por sí sola, no es suficiente para desinfectar el ambiente.

Debemos pues reforzar nuestro protocolo con dispositivos o productos que permitan asegurarnos la completa eliminación de estos patógenos en el ambiente. Y, entre los diferentes sistemas que tenemos disponibles, recomendamos la utilización de desinfectantes ambientales por nebulización tanto por su facilidad de uso, como por su eficacia, así como por estar formulados específicamente para ser utilizados en ambientes sanitarios.

La desinfección por vía aérea minimiza la carga microbiana en el consultorio y refuerza la desinfección manual de superficies

La nebulización permite la distribución de la fórmula desinfectante por todo el espacio, incluso en rincones difícilmente accesibles mediante otros medios.

La función de estos productos no es la desinfección de superficies, que tendrá que ser realizada siempre.  Estos productos están ideados para reducir la carga microbiológica existente en el ambiente y conseguir un box lo más aséptico posible.

Hemos de procurar que el producto tenga un amplio espectro de acción, que sea capaz de eliminar bacterias y virus (como el coronavirus) de manera rápida, que no manche ningún elemento del box y que sea compatible con todo tipo de materiales. También debemos fijarnos que el gas que contienen no sea tóxico.

Recomendamos hacer una desinfección de ambiente a diario, sobre todo en los boxes donde se realizan procedimientos que generan muchos aerosoles.  Y al menos una vez a la semana en todos los espacios de la clínica (incluida la sala de espera y la recepción) para asegurarnos una clínica limpia, segura y responsable.